4. Las Iglesias y Misiones
Protestantes en Latinoamérica
4.1. Exploraciones e intentos misioneros
El
trabajo que iniciaron los colportores como Diego Thomson fue continuado
generalmente por misioneros que, iniciaron la evangelización protestante en algunos
lugares de Latinoamérica, Estos consolidaron un proceso de institucionalización
de nuevas Iglesias y de arraigo del protestantismo denominacional. Varias
fueron las denominaciones que se establecieron en el continente latinoamericano
a fines del siglo XIX y principios del XX: luteranos, presbiterianos,
menonitas, metodistas, anglicanos, bautistas, adventistas, cuáqueros,
congregacionales, pentecostales, entre otros. El protestantismo se introdujo a
Latinoamérica con la misma pluralidad que lo caracterizó en los tiempos de la
Reforma Protestante. Iglesias de diversas confesiones teológicas, expresiones ideológicas
y prácticas culticas, empezaron a llegar a los países de América Latina,
protegidos por las nuevas leyes que garantizaban la tolerancia y la libertad
religiosa. La migración de grupos europeos protestantes se dio básicamente en
el siglo XIX al amparo de nuevas leyes promovidas por gobiernos liberales de
países como Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. En el Caribe estas fueron
las iglesias protestantes que llegaron.
Iglesias y organismos
misioneros protestantes en el Caribe, siglo XVII-XIX
___________________________________________________________________
1623-35
|
anglicanos
|
Caribe Oriental
|
1655
|
anglicanos
|
Jamaica
|
1667
|
Iglesia Reformada
|
Surinam
|
1732
|
hermanos moravos
|
Saint Thomas
|
1735
|
hermanos moravos
|
Surinam
|
1735
|
moravos
|
Guyana Holandesa
|
1783
|
bautistas
|
Jamaica
|
1776
|
anglicanos
|
Belice
|
1797
|
anglicanos
|
Trinidad
|
1822
|
bautistas
|
Belice
|
1824
|
metodistas
|
Belice
|
1874
|
anglicanos
|
Puerto Rico
|
1883
|
metodistas
|
Cuba
|
En el
siglo XIX, la obra misionera de las Iglesias protestantes en Latinoamérica se
desarrolló de diversas maneras e incluyó tanto esfuerzos individuales como
institucionales. Antes de que llegaran los misioneros profesionales en la
segunda mitad del siglo XIX, apoyados por alguna de las diversas denominaciones
protestantes u organismos misioneros, llegaron los libros y las ideas
religiosas heterodoxas que encontraron simpatizantes entre la población;
especialmente entre los sectores más radicalizados del liberalismo. A esto se
suma el contacto de viajeros latinoamericanos con países protestantes y todas
las noticias que de éstos llegaban a Latinoamericana por las más diversas vías.
Antes de que llegaran los misioneros extranjeros, representantes de las juntas
misioneras y las denominaciones protestantes, hubo lugares —como en México,
puertos comerciales en la zona del Pacifico— en los cuales ya había individuos
y grupos religiosos disidentes del catolicismo, que sin llamarse protestantes o
asumir un nombre denominacional simpatizaban con esas doctrinas. Esto facilitó
el trabajo de algunos misioneros extranjeros al momento de llegar a estos
países e iniciar sus actividades de proselitismo religioso.
Existen
al menos dos razones por las que podemos señalar que los intentos misioneros a
finales del siglo XIX e inicios del siglo XX no se centralizan en una
evangelización abierta por las entidades misioneras. En primer lugar, porque
los primeros misioneros que llegaron a Latinoamérica, vinieron a contactar,
asistir y reforzar grupos protestantes ya existentes, como sería el caso de comerciantes
protestantes ingleses y norteamericanos, en México, Cuba y en algunos puertos
del Pacifico como en Chile y Perú y en segundo lugar, porque ahí donde había
simpatizantes de las ideas protestantes estos misioneros pusieron los cimientos
para la apertura de cultos, escuelas y luego Iglesias protestantes. Algo importante
que mencionar es el hecho de que la labor de los misioneros extranjeros
dependió más de los grupos protestantes latinoamericanos que de los mismos
misioneros. Fueron los grupos protestantes quienes hacían los contactos y
buscaban los ambientes necesarios para sacar adelante alguna iniciativa o
proyecto protestante. El modelo de evangelización tradicional, en la que el
misionero habré la obra y la deja a los nacionales, no siempre fue una
constante para el caso latinoamericano. La introducción del protestantismo a
Latinoamérica exigió en algunos casos una dinámica histórica sui géneris, solo
así, podría explicarse la acogida de algunos creyentes a la nueva fe, en
tiempos en que no era difícil comunicar el evangelio de manera abierta. En este
sentido para la comunidad latinoamericana, el protestantismo llego antes que el
misionero protestante, llego como ideología, cultura, modernidad, expresada en
conceptos sobre la sociedad, la política, la economía, en prácticas y
costumbres expresadas en el cotidiano vivir y hasta en los deportes, que
superan las instituciones religiosas.
4.1.1.
Sociedades Misioneras en el Perú
En la primera unidad hemos
reseñado cronológicamente la incursión de las sociedades protestantes
misioneras a Latinoamérica, ahora vamos a ver cómo ingresaron al Perú. La
primera Iglesia que se abrió en el Perú fue para la colonia inglesa en Lima en
1844, pero recién se organizó con un pastor venido de Inglaterra en 1849. El primer
esfuerzo misionero que se hizo en el Perú, con el propósito de alcanzar a los
nacionales fue por medio del misionero norteamericano metodista William Taylor,
nacido en Virginia en 1821. Taylor desarrollo su ministerio en las calles de
San Francisco hablando a mineros, allí permaneció siete años, recibiendo el
apodo de “California Taylor”. Viajo por diversos países del mundo predicando el
evangelio; en Inglaterra, Australia, Asia menor, Syria, Palestina, Egipto,
Ceilan, Nueva Zelanda, Sud África, India, Perú y Chile, usando su método de
auto- sostenimiento. Taylor llego al Perú con una estrategia definida, logro
contactarse con inmigrantes norteamericanos, ingleses y alemanes, además de algunos
nacionales con el fin de iniciar escuelas bilingües para niños. En 1877 estas
escuelas se sostenían con el aporte de comerciantes de la ciudad, como fue el
caso de la “Escuela Americana” en Tacna. Los colegios tuvieron buena acogida
por parte de los nacionales y tuvieron éxito en algunas ciudades del Perú, pero
lastimosamente el conflicto de la Guerra del Pacifico, terminó por desarmar
estas iniciativas misioneras. Pese a que no llegara a concluirse el proyecto de
Taylor, su esfuerzo no fue en vano, la siguiente generación de líderes
evangélicos, lograrían concretizar sus esfuerzos.
Un personaje que
marca un hito en la predicación evangelística en el Perú es Francisco Penzotti,
un italiano que, siendo niño, emigró al Uruguay, donde se hizo metodista,
denominación que había sido fundada en 1729 en Inglaterra por John Wesley. Penzotti
se establece en el Perú en 1888 como colpoltor y comenzó un trabajo de venta de
Biblias y presentación del evangelio, casa por casa, llegando a formar al poco
tiempo un grupo de estudio bíblico con servicios evangélicos. Fue e en el Callao
que Penzotti organiza una agencia de la Sociedad Bíblica Americana y también funda
la primera congregación metodista en 1890. Este obrar despertó celo en los
clérigos y prontamente fue hostilizado y apresado ocho meses en el Real San
Felipe, una cárcel de ínfimas condiciones. Aunque fue liberado, "su
caso" despertó la indignación de los países protestantes, que presionaron
al gobierno de turno para que sea liberado. Además este escándalo influyó en la
enmienda constitucional de 1915 sobre la libertad de cultos. Pero fue en 1922 que
se organizó la Iglesia Evangélica Peruana, que no es filial de ninguna iglesia
extranjera, sino fruto del trabajo de varios misioneros, como Penzotti y otro
agente de la Sociedad Bíblica Americana, el presbiteriano escocés John Ritchie.
Fue también en los albores de este tiempo que aparecen denominaciones evangélicas
como; la Iglesia Evangélica Presbiteriana, la Convención Evangélica Bautista
del Perú, la Alianza Cristiana y Misionera, entre otras. A pesar de las
diferencias, existentes, estas iglesias llevan consigo los principios de la
Reforma como: la sola fides, sola Scriptura, la sola gracia y solo Cristo.
Las misiones y sociedades misioneras que llegaron al
país en este período fueron las siguientes:
CUADRO DE SOCIEDADES
Y MISIONES PROTESTANTES
Inicio de actividades
y lugar de procedencia
Denominación
|
Año
|
Procedencia
|
Iglesia Evangélica Metodista
|
1888
|
EE.UU.
|
Sociedad Bíblica Americana
|
1888
|
EE.UU.
|
Misiones Independientes
|
1893
|
EE.UU.
|
RBMU
|
1893
|
Inglaterra
|
EUSA-Unión Evangélica
|
||
Sudamericana
|
1903
|
Inglaterra
|
Iglesia de Santidad
|
1903
|
EE.UU.
|
Asambleas de Dios
|
1908
|
EE.UU.
|
Ejército de Salvación
|
1910
|
Inglaterra
|
Iglesia del Nazareno
|
1914
|
EE.UU.
|
Sociedad Bíblica Británica
|
1914
|
Inglaterra
|
Iglesia Libre de Escocia
|
1916
|
Escocia
|
Iglesia Bautista
|
1925
|
Irlanda
|
Fuente: Ritchie, Juan. "El
Escalafón Evangélico", Renacimiento 1921. y también "La Guía
Evangélica", Ed. El Inca 1924 y 1932.
|
||
Las diferentes
misiones y sociedades protestantes llegaron mayormente de Estados Unidos e
Inglaterra, existiendo en todas ellas una relación vertical en el trabajo a
desarrollar en el país. Debemos resaltar que algunas de ellas (Metodista, Libre
de Escocia y EUSA) llegaron con un énfasis muy marcado en el "Evangelio
Social", perspectiva misionera de trabajo no sólo en la evangelización
sino también en la acción social y en el acompañamiento a los movimientos que
se gestaban en la época, como el movimiento obrero, estudiantil, feminista e,
inclusive, el movimiento indigenista. Estas misiones tenían diferentes
orígenes; algunas procedían de vertientes de la Reforma del siglo XVI y otras
de los movimientos pietistas de Estados Unidos e Inglaterra de los siglos XVIII
Y XIX. De todas formas, su labor se llevó a cabo de manera conjunta, buscando
la unidad y la cooperación en cada tarea. En 1916 las misiones protestantes
dividen el territorio del país para la evangelización y la fundación de
iglesias locales, siendo la ciudad de Lima lugar libre de trabajo para
cualquier misión. Así, nace en 1917, la Alianza Evangélica del Perú,
institución dedicada a la búsqueda de unidad y cooperación entre las diferentes
misiones que trabajan en el país."
4.2. El anticlericalismo, la educación y la reacción católica
El
término "anticlericalismo" probablemente apareció por primera vez en
la década de 1850 en la Francia católica. Indicando la oposición a la
reactivación de la Iglesia Católica con el poder de los sacerdotes y la
primacía del Papa. Fue entre los años 1850 y 1860 que se centro en Europa la controversia
sobre el poder temporal del Papa y las actitudes anticlericales, especialmente
en Italia, Bélgica, España y Francia. A partir de entonces, el anticlericalismo
se ha presentado como una actitud y como un movimiento político considerable en
todos los ámbitos, sobre todo en Europa y América Latina. El Anticlericalismo
ha condenado la participación de la Iglesia Católica en los gobiernos
nacionales, los municipios, las elecciones, la educación, la tierra y la
propiedad del capital. El factor anticlerical en el movimiento de la Reforma Protestante
de los años 1500 contribuyó a la ruptura con Roma y ha seguido siendo un
elemento crucial en la lucha contra el catolicismo. En el siglo XVIII los intelectuales
franceses atacaron sin piedad a las órdenes católicas, logrando que los Estados
católicos expulsaran a los Jesuitas. Los anticlericales franceses criticaron
siempre los Estados Pontificios, como un "gobierno de los sacerdotes"
y trataron de controlar a los sacerdotes, haciéndolos empleados estatales. Los
revolucionarios en la Europa católica en 1820, 1830, 1848 y 1870 consideraron
explícitamente al poder sacerdotal como un enemigo de la sociedad avanzada.
En
América Latina el poder e influencia de la Iglesia Católica desde la conquista
y colonización hispana y portuguesa estaban estrechamente ligadas a las dos
Coronas ibéricas. Pero la liquidación de las órdenes religiosas emprendida
por Portugal y España, termino haciendo de la iglesia Latinoamericana, entre
1820 y 1850, una iglesia de seglares. La independencia no hace sino subrayar la
gravedad de la crisis entre los monarcas ibéricos y el clero Romano. En una
palabra, la crisis de la cristiandad colonial latinoamericana empieza cincuenta
años antes de la emancipación política de las élites americanas. A partir de los procesos de independencia, la Iglesia
Católica vivió una cierta división entre partidarios y contrarios a este
proceso. Las nuevas repúblicas buscaron el apoyo eclesiástico para difundir el
nuevo estado de cosas y, también, para intentar evitar la revolución social,
pero solo una parte minoritaria de la Iglesia respondió a este llamado, la
mayoría se mantuvo al margen y en contra de las nuevas ideas, denunciándolas
como “liberalismo” y “anticlericalismo”. Pero esta situación solo era eco de lo
que estaba sucediendo en Europa y propició en los sectores más radicales del
liberalismo latinoamericano una reacción anticlerical. La Iglesia empezó a ser
vista como un nuevo enemigo. Durante casi todo el siglo XIX se plantearon
debates sobre la relación entre el Estado y la Iglesia, y su separación de los
asuntos públicos, generando un movimiento cada vez más creciente de oposición
hacia la Iglesia Católica. Este anticlericalismo latinoamericano y la
radicalización de la Iglesia Católica generó una creciente tensión en muchos
estados, provocando enfrentamientos violentos. Solo el establecimiento de
concordatos con el Vaticano contemplado en algunos estados, reconociendo a la
Iglesia como entidad separada del Estado, trajo cierta calma y estabilidad. En
otros casos, como en el Perú, la Iglesia consiguió un gran poder e influencia,
al reconocerse el catolicismo como religión oficial, además de privilegios de
todo tipo.
4.2.1. El conflicto entre el Estado y la
Iglesia católica
Se
remonta a la independencia, y al derecho privativo de los soberanos “el
regalismo”. Entre
1825 y 1869 la Iglesia católica, así como la sociedad, se encuentran atrapadas
entre dos proyectos contradictorios, el de la restauración y el de la
secularización, pero la crisis se agrava en algunos estados latinoamericanos
por la presión de los liberales en cuanto a la implantación de las iglesias
protestantes anglosajonas, poniendo radicalmente en entredicho el modelo
tradicional de la cristiandad latinoamericana. Por
un lado estaban los clericales que querían que el catolicismo fuese religión de
Estado, que el matrimonio sólo fuese religioso, que el divorcio quedase
prohibido así como la propaganda protestante, la venta de biblias a domicilio,
la francmasonería. Por otro lado los anticlericales que no ocultaban su
simpatía por el protestantismo. Los clericales soñaban con restaurar el
estatuto privilegiado del clero y de la Iglesia de los tiempos del Imperio
español: monopolio de la educación, del matrimonio, del estado civil,
tribunales eclesiásticos para los clérigos. Finalmente el modelo clerical se
realizó plenamente en Ecuador (1860 - 1875), y en menor grado en Colombia,
siendo los demás países latinoamericanos influenciados por un débil
anticlericalismo. Pero el modelo anticlerical se aplicó en México entre 1926 y
1940, y después en su versión marxista en Cuba en 1961.
A partir de 1850, los estados latinoamericanos se empiezan a consolidar,
la Iglesia católica se reconstruye, la sociedad vive nuevas respuestas: se
agudiza el ultramontanismo de los católicos, aparecen débiles progresos de las
iglesias protestantes, se observan triunfos políticos de la francmasonería y
del positivismo. Este periodo, que podemos hacer llegar hasta comienzos de la
década de 1930, es el de la ruptura con el pasado colonial, tanto para los
estados como para las iglesias. Las repúblicas
liberales en América Latina se vuelven anticlericales. Desde 1870, en Francia,
España, Italia, y Quebec, como en gran parte de América Latina, la política se
vio polarizada. La mayoría del clero estaba en contra de los liberales,
republicanos y socialistas que apostaban por la construcción del
anticlericalismo en sus programas. El Anticlericalismo por su parte contribuyo a
la secularización de las culturas católicas: la oposición a los sacerdotes en
la política dio lugar a la oposición al cristianismo en la sociedad moderna. Luego
del Vaticano II, la dominación clerical de la Iglesia católica empezó a disminuir,
pero todavía no su exclusiva autoridad sacerdotal en la iglesia católica. Cada
país encontró su camino entre esos dos extremos; en Chile, la separación de los
dos poderes se hizo progresivamente entre 1870 y 1925. La Iglesia católica
perdió sus lazos privilegiados con el Estado. Sus actividades no se vieron
limitadas y el clero pudo participar abiertamente en la vida política, social,
económica.
4.2.2. Francisco
Gonzales de Paula Vigil
En Perú uno de los personajes más distinguidos del
anticlericalismo es Gonzales Vigil, nació
en Tacna, el 13 de septiembre de 1792, se graduó como presbítero en 1819, Era el primogénito y como tal fue consagrado a la Iglesia.
En 1803 fue enviado a Arequipa para cursar estudios de Teología, Filosofía,
Gramática y Matemáticas en el Seminario de San Jerónimo, que dirigía el célebre obispo Pedro José Chávez de
la Rosa. También recibió enseñanzas del clérigo Francisco
Xavier de Luna Pizarro, hombre de ideas liberales que
tiempo después presidiría el primer Congreso de la República peruana que dio la
primera Constitución del año 1823, y de Mariano Melgar, el poeta fusilado en 1815 por involucrarse en la rebelión
del Cuzco, llegó a ser catedrático y rector,
pero antes de hacerse presbítero se dirigió a la universidad de San Antonio
Abad, doctorándose en Teología el 12 de setiembre de 1812, llegó al parlamento
en 1825, representando a la provincia de Arica, Aunque
sin abandonar del todo la política coyuntural, Vigil, como liberal radical, se
consagró al estudio y la defensa de las doctrinas regalistas (derechos
y prerrogativas del Estado frente a la Iglesia). Propugnando la autonomía del
Estado y la sociedad civil respecto a la Iglesia, se abocó en escribir un libro
sobre la defensa de la autoridad del gobierno y los obispos contra la
pretensión de la curia romana.
A principios de 1838 renunció la dirección de la Biblioteca
Nacional y retornó a Tacna para continuar la preparación de su libro, pero se
le consideró partidario de la Confederación y fue desterrado en 1839, ya bajo
el mandato provisional de Gamarra. Se ha atribuido este hecho a una venganza de
dicho presidente por la acusación constitucional de 1832. Pasó a Chile, pero
volvió al cabo de pocos meses, aunque se mantuvo en el retiro hasta 1845 cuando
el presidente Ramón
Castilla lo reintegró a la dirección de la Biblioteca
Nacional, donde permaneció por tres décadas, hasta su fallecimiento. Poco
después publicó su monumental estudio titulado Defensa de la autoridad de
los gobiernos contra las pretensiones de la curia romana (1848-1849, 6 tomos). Posteriormente dio a
la luz la segunda parte de la obra: Defensa de la autoridad de los obispos
contra las pretensiones de la curia romana (en 4 tomos, 1856). En total
suma casi 5.000 páginas, una de las más vastas empresas bibliográficas que
autor alguno ha llevado a cabo orgánicamente. El obispo de Colombia, Manuel
José Mosquera, denunció la obra ante el Vaticano y Vigil fue excomulgado por Pío
IX el 10 de junio de 1851. Pero
Vigil nunca se retractó y al contrario prosiguió con fanatismo su labor,
escribiendo una Carta al Papa (1851),
donde negó la infalibilidad del Sumo Pontífice en asuntos de doctrina y defendió la
existencia de iglesias nacionales supeditadas a la autoridad civil. Ello le
valió otras dos bulas de condenación papales: la del 2 de marzo de 1853 y la del 8 de diciembre de 1854. Vigil tuvo conocimiento de obras de Bossuet,
Pascal, Leibniz. Eduar Gibbon, Lamennais, Hegel, Marx, Comte y de los
americanos Manuel Lorenzo Vidaurre y Antonio Joaquin de Rivadeneira y
Barrientos.
A la par sostuvo polémicas periodísticas con los defensores
de la Iglesia Católica, entre ellos el sacerdote catalán Pedro Gual, el obispo
de Arequipa José Sebastián de Goyeneche y Barreda, el deán Juan Gualberto Valdivia y con Bartolomé
Herrera. Este enfrentamiento con las máximas
autoridades de la Iglesia Católica no fue óbice para que el pueblo de Tacna le
renovara su confianza y lo volviera a elegir como su representante en el
Congreso en las legislaturas de 1851 y 1853, así como en la Convención Nacional
de 1855-1857. Pero asistió a muy pocas sesiones. En total, llegó a ser elegido
ocho veces diputado y una senador. El año 1866 fue la última elección, la
senatorial, que se negó a asumir, tal vez por el cansancio y su mala salud,
murió el 9 de junio de 1875. Pese a
todo el esfuerzo de los liberales el estado declaro a la religión
católica como la religión del Perú. Recién en 1915 se reformó la Constitución
de 1860, para extender la libertad de conciencia vigente desde la
Independencia, que permitía a cada peruano profesar la confesión religiosa que
juzgara verdadera y practicar su culto en privado, a la libertad de culto, que
permitía a las distintas confesiones tener lugares públicos de culto y ejercer
otras actividades para difundir su doctrina.
4.3. Las Iglesias del Protestantismo de
Santificación
El Pentecostalismo deriva directamente de
la teología del predicador inglés John Wesley, fundador del llamado movimiento
metodista. Wesley enseñaba que una “segunda bendición" en la vida y
experiencia del cristiano eran absolutamente necesarias. En el siglo XIX la
enseñanza de Wesley dio como resultado en América del Norte, el
"Movimiento de Santidad". Y uno de sus evangelistas principales fue
el predicador Charles Finney. Con el tiempo el recurso a la segunda bendición o
Bautismo del Espíritu Santo, lograron que la enseñanza de Wesley de una vida de
santidad perfecta, pasara a un segundo plano. El movimiento Pentecostés puede
decirse que fue concebido en el Instituto Bíblico Bethel en Topeka, Kansas en
el Día de Año Nuevo, de 1900, pero nació al mundo en la Calle de Azusa en Los
Ángeles, California en 1906. A este movimiento se le conoce como el
Pentecostalismo clásico, el que comenzó en 1901 entre cristianos que se reunían
en la calle Azusa y que en un principio unía a las iglesias pentecostales
en una sola organización cristiana. Otro momento importante del movimiento
pentecostal es cuando el predicador itinerante Charles Fox Perham colocó las
manos sobre Inés Ozman, para que ella recibiera el Bautismo del Espíritu Santo.
Inés recibió el bautismo y como evidencia de ello habló en lenguas. Pero se
puede decir que el predicador que expandió el Pentecostalismo al mundo fue el
Pastor W. J. Seymour. Él puso las manos en los fieles de su congregación y
ellos recibieron el Bautismo del Espíritu Santo y hablaron en lenguas. Pronto,
muchas personas acudían a las reuniones de la Calle de Azusa del movimiento
Pentecostal en Kansas. Venían de todas partes de los Ángeles, de California, de
Estados Unidos, y de todo el mundo, para conseguir el Bautismo del Espíritu
Santo y llevarlo a casa. El resultado directo fue la formación del movimiento
de Las Asambleas de Dios en 1914 que fue el movimiento diseminador del
Pentecostalismo. Sin
embargo, en el año de 1916, un grupo de pastores de iglesias pertenecientes a
las Asambleas de Dios, afimaron tener una cierta revelación divina en donde se les ordenaba solo bautizar
en el nombre de Jesucristo, esto termino dividiendo la denominación y desde
entonces una ala se convirtió en la Iglesia Pentecostal Unida
Internacional. De 1900 hasta alrededor de 1960, las enseñanzas y
prácticas de los pentecostales estuvieron confinadas al movimiento Pentecostés.
Entre finales de 1950 y principios de 1960, se observo un crecimiento acelerado
y la expansión de las doctrinas del Pentecostalismo y sus prácticas dentro de
todas las denominaciones establecidas: Bautistas, luteranos, presbiterianos, e
incluso la Iglesia Católica Romana.
En Chile el pentecostalismo tiene una
expresión nacional dado que el 12 de septiembre de 1909 experimentaron un
avivamiento que los hizo formar su propia Iglesia Nacional. Este avivamiento está ligado estrechamente con el ministerio del pastor
Willis Hoover Collins, uno de los misioneros enviados por William Taylor, que en
1889 decide ofrecerse como voluntario a la misión de William Taylor. Ese mismo
año fue enviado como profesor a Iquique college, donde trabajo hasta 1893
cuando, desilusionado con los magros resultados de sus labor educacional,
decidió dedicarse por entero a la predicación del evangelio en español. En poco
tiempo logro levantar dos congregaciones en localidades cercanas a Iquique.
Hasta que llega la ruptura en 1909 con la Iglesia Metodista y 1910 Hoover forma
la Iglesia Metodista Nacional con dos
grupos disidentes y renuncia a la iglesia Metodista Episcopal.
El pentecostalismo llega al Perú, desde
Estados Unidos, la Iglesia de los Peregrinos, la Iglesia del Nazareno, las
Asambleas de Dios, la Iglesia de Dios de la Profecía, etcétera. Pero otras
nacen acá, debido a los cismas endémicos del movimiento pentecostal, como el
Centro de Avivamiento, la Iglesia Autónoma Pentecostal del Perú. Las iglesias
pentecostales a diferencia de los evangélicos tradicionales creen en un
Pentecostés continuo y en un Espíritu Santo que sana y se manifiesta en el
hablar en lenguas. Parte del éxito del movimiento pentecostal moderno es que le
dio al pobre y marginado un valor que les corresponde como criaturas creadas a
imagen y semejanza de Dios
Para Reforzar:
KESSLER, J.B.A. Historia de la Evangelización en el Perú.
2da Edición, Lima: Ediciones Puma, 1993.
PETERSEN, Douglas No con
Ejército, Ni con Fuerza. Miami, Florida: Vida 1998.
SALEM D. Luis. Francisco
Penzotti, apóstol de la libertad y verdad Sociedades Bíblicas en A.L s/f
O
Chadwick, "La rebelión de anticlericalismo", en la secularización de
la Comunidad Europea de la Mente en el siglo XIX; Apuntes párr Una Sociología
del anticlericalismo.
http://mb-soft.com/believe/tsnm/anticler.htm
MONDRAGON, Carlos. Protestantes Y Protestantismo En
América Latina: Reflexiones En Torno A La Variedad De Experiencias En Su
Introducción. En http://www.cenpromex.org.mx/revista
_ftl/ftl/textos/carlos_mondragon.htm#_ftn4
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