jueves, 28 de agosto de 2014

4. Las Iglesias y Misiones Protestantes en Latinoamérica

4.1. Exploraciones e intentos misioneros

El trabajo que iniciaron los colportores como Diego Thomson fue continuado generalmente por misioneros que, iniciaron la evangelización protestante en algunos lugares de Latinoamérica, Estos consolidaron un proceso de institucionalización de nuevas Iglesias y de arraigo del protestantismo denominacional. Varias fueron las denominaciones que se establecieron en el continente latinoamericano a fines del siglo XIX y principios del XX: luteranos, presbiterianos, menonitas, metodistas, anglicanos, bautistas, adventistas, cuáqueros, congregacionales, pentecostales, entre otros. El protestantismo se introdujo a Latinoamérica con la misma pluralidad que lo caracterizó en los tiempos de la Reforma Protestante. Iglesias de diversas confesiones teológicas, expresiones ideológicas y prácticas culticas, empezaron a llegar a los países de América Latina, protegidos por las nuevas leyes que garantizaban la tolerancia y la libertad religiosa. La migración de grupos europeos protestantes se dio básicamente en el siglo XIX al amparo de nuevas leyes promovidas por gobiernos liberales de países como Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. En el Caribe estas fueron las iglesias protestantes que llegaron.

Iglesias y organismos misioneros protestantes en el Caribe, siglo XVII-XIX
___________________________________________________________________
1623-35
anglicanos
Caribe Oriental
1655
anglicanos
Jamaica
1667
Iglesia Reformada
Surinam
1732
hermanos moravos
Saint Thomas
1735
hermanos moravos
Surinam
1735
moravos
Guyana Holandesa
1783
bautistas
Jamaica
1776
anglicanos
Belice
1797
anglicanos
Trinidad
1822
bautistas
Belice
1824
metodistas
Belice
1874
anglicanos
Puerto Rico
1883
metodistas
Cuba

En el siglo XIX, la obra misionera de las Iglesias protestantes en Latinoamérica se desarrolló de diversas maneras e incluyó tanto esfuerzos individuales como institucionales. Antes de que llegaran los misioneros profesionales en la segunda mitad del siglo XIX, apoyados por alguna de las diversas denominaciones protestantes u organismos misioneros, llegaron los libros y las ideas religiosas heterodoxas que encontraron simpatizantes entre la población; especialmente entre los sectores más radicalizados del liberalismo. A esto se suma el contacto de viajeros latinoamericanos con países protestantes y todas las noticias que de éstos llegaban a Latinoamericana por las más diversas vías. Antes de que llegaran los misioneros extranjeros, representantes de las juntas misioneras y las denominaciones protestantes, hubo lugares —como en México, puertos comerciales en la zona del Pacifico— en los cuales ya había individuos y grupos religiosos disidentes del catolicismo, que sin llamarse protestantes o asumir un nombre denominacional simpatizaban con esas doctrinas. Esto facilitó el trabajo de algunos misioneros extranjeros al momento de llegar a estos países e iniciar sus actividades de proselitismo religioso.

Existen al menos dos razones por las que podemos señalar que los intentos misioneros a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX no se centralizan en una evangelización abierta por las entidades misioneras. En primer lugar, porque los primeros misioneros que llegaron a Latinoamérica, vinieron a contactar, asistir y reforzar grupos protestantes ya existentes, como sería el caso de comerciantes protestantes ingleses y norteamericanos, en México, Cuba y en algunos puertos del Pacifico como en Chile y Perú y en segundo lugar, porque ahí donde había simpatizantes de las ideas protestantes estos misioneros pusieron los cimientos para la apertura de cultos, escuelas y luego Iglesias protestantes. Algo importante que mencionar es el hecho de que la labor de los misioneros extranjeros dependió más de los grupos protestantes latinoamericanos que de los mismos misioneros. Fueron los grupos protestantes quienes hacían los contactos y buscaban los ambientes necesarios para sacar adelante alguna iniciativa o proyecto protestante. El modelo de evangelización tradicional, en la que el misionero habré la obra y la deja a los nacionales, no siempre fue una constante para el caso latinoamericano. La introducción del protestantismo a Latinoamérica exigió en algunos casos una dinámica histórica sui géneris, solo así, podría explicarse la acogida de algunos creyentes a la nueva fe, en tiempos en que no era difícil comunicar el evangelio de manera abierta. En este sentido para la comunidad latinoamericana, el protestantismo llego antes que el misionero protestante, llego como ideología, cultura, modernidad, expresada en conceptos sobre la sociedad, la política, la economía, en prácticas y costumbres expresadas en el cotidiano vivir y hasta en los deportes, que superan las instituciones religiosas.

4.1.1. Sociedades Misioneras en el Perú


En la primera unidad hemos reseñado cronológicamente la incursión de las sociedades protestantes misioneras a Latinoamérica, ahora vamos a ver cómo ingresaron al Perú. La primera Iglesia que se abrió en el Perú fue para la colonia inglesa en Lima en 1844, pero recién se organizó con un pastor venido de Inglaterra en 1849. El primer esfuerzo misionero que se hizo en el Perú, con el propósito de alcanzar a los nacionales fue por medio del misionero norteamericano metodista William Taylor, nacido en Virginia en 1821. Taylor desarrollo su ministerio en las calles de San Francisco hablando a mineros, allí permaneció siete años, recibiendo el apodo de “California Taylor”. Viajo por diversos países del mundo predicando el evangelio; en Inglaterra, Australia, Asia menor, Syria, Palestina, Egipto, Ceilan, Nueva Zelanda, Sud África, India, Perú y Chile, usando su método de auto- sostenimiento. Taylor llego al Perú con una estrategia definida, logro contactarse con inmigrantes norteamericanos, ingleses y alemanes, además de algunos nacionales con el fin de iniciar escuelas bilingües para niños. En 1877 estas escuelas se sostenían con el aporte de comerciantes de la ciudad, como fue el caso de la “Escuela Americana” en Tacna. Los colegios tuvieron buena acogida por parte de los nacionales y tuvieron éxito en algunas ciudades del Perú, pero lastimosamente el conflicto de la Guerra del Pacifico, terminó por desarmar estas iniciativas misioneras. Pese a que no llegara a concluirse el proyecto de Taylor, su esfuerzo no fue en vano, la siguiente generación de líderes evangélicos, lograrían concretizar sus esfuerzos.

Un personaje que marca un hito en la predicación evangelística en el Perú es Francisco Penzotti, un italiano que, siendo niño, emigró al Uruguay, donde se hizo metodista, denominación que había sido fundada en 1729 en Inglaterra por John Wesley. Penzotti se establece en el Perú en 1888 como colpoltor y comenzó un trabajo de venta de Biblias y presentación del evangelio, casa por casa, llegando a formar al poco tiempo un grupo de estudio bíblico con servicios evangélicos. Fue e en el Callao que Penzotti organiza una agencia de la Sociedad Bíblica Americana y también funda la primera congregación metodista en 1890. Este obrar despertó celo en los clérigos y prontamente fue hostilizado y apresado ocho meses en el Real San Felipe, una cárcel de ínfimas condiciones. Aunque fue liberado, "su caso" despertó la indignación de los países protestantes, que presionaron al gobierno de turno para que sea liberado. Además este escándalo influyó en la enmienda constitucional de 1915 sobre la libertad de cultos. Pero fue en 1922 que se organizó la Iglesia Evangélica Peruana, que no es filial de ninguna iglesia extranjera, sino fruto del trabajo de varios misioneros, como Penzotti y otro agente de la Sociedad Bíblica Americana, el presbiteriano escocés John Ritchie. Fue también en los albores de este tiempo que aparecen denominaciones evangélicas como; la Iglesia Evangélica Presbiteriana, la Convención Evangélica Bautista del Perú, la Alianza Cristiana y Misionera, entre otras. A pesar de las diferencias, existentes, estas iglesias llevan consigo los principios de la Reforma como: la sola fides, sola Scriptura, la sola gracia y solo Cristo.

Las misiones y sociedades misioneras que llegaron al país en este período fueron las siguientes:

CUADRO DE SOCIEDADES Y MISIONES PROTESTANTES
Inicio de actividades y lugar de procedencia

Denominación
Año
Procedencia
Iglesia Evangélica Metodista
1888
EE.UU.
Sociedad Bíblica Americana
1888
EE.UU.
Misiones Independientes
1893
EE.UU.
RBMU
1893
Inglaterra
EUSA-Unión Evangélica


Sudamericana
1903
Inglaterra
Iglesia de Santidad
1903
EE.UU.
Asambleas de Dios
1908
EE.UU.
Ejército de Salvación
1910
Inglaterra
Iglesia del Nazareno
1914
EE.UU.
Sociedad Bíblica Británica
1914
Inglaterra
Iglesia Libre de Escocia
1916
Escocia
Iglesia Bautista
1925
Irlanda
Fuente: Ritchie, Juan. "El Escalafón Evangélico", Renacimiento 1921. y también "La Guía Evangélica", Ed. El Inca 1924 y 1932.

Las diferentes misiones y sociedades protestantes llegaron mayormente de Estados Unidos e Inglaterra, existiendo en todas ellas una relación vertical en el trabajo a desarrollar en el país. Debemos resaltar que algunas de ellas (Metodista, Libre de Escocia y EUSA) llegaron con un énfasis muy marcado en el "Evangelio Social", perspectiva misionera de trabajo no sólo en la evangelización sino también en la acción social y en el acompañamiento a los movimientos que se gestaban en la época, como el movimiento obrero, estudiantil, feminista e, inclusive, el movimiento indigenista. Estas misiones tenían diferentes orígenes; algunas procedían de vertientes de la Reforma del siglo XVI y otras de los movimientos pietistas de Estados Unidos e Inglaterra de los siglos XVIII Y XIX. De todas formas, su labor se llevó a cabo de manera conjunta, buscando la unidad y la cooperación en cada tarea. En 1916 las misiones protestantes dividen el territorio del país para la evangelización y la fundación de iglesias locales, siendo la ciudad de Lima lugar libre de trabajo para cualquier misión. Así, nace en 1917, la Alianza Evangélica del Perú, institución dedicada a la búsqueda de unidad y cooperación entre las diferentes misiones que trabajan en el país."

4.2. El anticlericalismo, la educación y la reacción católica

El término "anticlericalismo" probablemente apareció por primera vez en la década de 1850 en la Francia católica. Indicando la oposición a la reactivación de la Iglesia Católica con el poder de los sacerdotes y la primacía del Papa. Fue entre los años 1850 y 1860 que se centro en Europa la controversia sobre el poder temporal del Papa y las actitudes anticlericales, especialmente en Italia, Bélgica, España y Francia. A partir de entonces, el anticlericalismo se ha presentado como una actitud y como un movimiento político considerable en todos los ámbitos, sobre todo en Europa y América Latina. El Anticlericalismo ha condenado la participación de la Iglesia Católica en los gobiernos nacionales, los municipios, las elecciones, la educación, la tierra y la propiedad del capital. El factor anticlerical en el movimiento de la Reforma Protestante de los años 1500 contribuyó a la ruptura con Roma y ha seguido siendo un elemento crucial en la lucha contra el catolicismo. En el siglo XVIII los intelectuales franceses atacaron sin piedad a las órdenes católicas, logrando que los Estados católicos expulsaran a los Jesuitas. Los anticlericales franceses criticaron siempre los Estados Pontificios, como un "gobierno de los sacerdotes" y trataron de controlar a los sacerdotes, haciéndolos empleados estatales. Los revolucionarios en la Europa católica en 1820, 1830, 1848 y 1870 consideraron explícitamente al poder sacerdotal como un enemigo de la sociedad avanzada.

En América Latina el poder e influencia de la Iglesia Católica desde la conquista y colonización hispana y portuguesa estaban estrechamente ligadas a las dos Coronas ibéricas. Pero la liquidación de las órdenes religiosas emprendida por Portugal y España, termino haciendo de la iglesia Latinoamericana, entre 1820 y 1850, una iglesia de seglares. La independencia no hace sino subrayar la gravedad de la crisis entre los monarcas ibéricos y el clero Romano. En una palabra, la crisis de la cristiandad colonial latinoamericana empieza cincuenta años antes de la emancipación política de las élites americanas. A partir de los procesos de independencia, la Iglesia Católica vivió una cierta división entre partidarios y contrarios a este proceso. Las nuevas repúblicas buscaron el apoyo eclesiástico para difundir el nuevo estado de cosas y, también, para intentar evitar la revolución social, pero solo una parte minoritaria de la Iglesia respondió a este llamado, la mayoría se mantuvo al margen y en contra de las nuevas ideas, denunciándolas como “liberalismo” y “anticlericalismo”. Pero esta situación solo era eco de lo que estaba sucediendo en Europa y propició en los sectores más radicales del liberalismo latinoamericano una reacción anticlerical. La Iglesia empezó a ser vista como un nuevo enemigo. Durante casi todo el siglo XIX se plantearon debates sobre la relación entre el Estado y la Iglesia, y su separación de los asuntos públicos, generando un movimiento cada vez más creciente de oposición hacia la Iglesia Católica. Este anticlericalismo latinoamericano y la radicalización de la Iglesia Católica generó una creciente tensión en muchos estados, provocando enfrentamientos violentos. Solo el establecimiento de concordatos con el Vaticano contemplado en algunos estados, reconociendo a la Iglesia como entidad separada del Estado, trajo cierta calma y estabilidad. En otros casos, como en el Perú, la Iglesia consiguió un gran poder e influencia, al reconocerse el catolicismo como religión oficial, además de privilegios de todo tipo.

4.2.1. El conflicto entre el Estado y la Iglesia católica

Se remonta a la independencia, y al derecho privativo de los soberanos “el regalismo”. Entre 1825 y 1869 la Iglesia católica, así como la sociedad, se encuentran atrapadas entre dos proyectos contradictorios, el de la restauración y el de la secularización, pero la crisis se agrava en algunos estados latinoamericanos por la presión de los liberales en cuanto a la implantación de las iglesias protestantes anglosajonas, poniendo radicalmente en entredicho el modelo tradicional de la cristiandad latinoamericana. Por un lado estaban los clericales que querían que el catolicismo fuese religión de Estado, que el matrimonio sólo fuese religioso, que el divorcio quedase prohibido así como la propaganda protestante, la venta de biblias a domicilio, la francmasonería. Por otro lado los anticlericales que no ocultaban su simpatía por el protestantismo. Los clericales soñaban con restaurar el estatuto privilegiado del clero y de la Iglesia de los tiempos del Imperio español: monopolio de la educación, del matrimonio, del estado civil, tribunales eclesiásticos para los clérigos. Finalmente el modelo clerical se realizó plenamente en Ecuador (1860 - 1875), y en menor grado en Colombia, siendo los demás países latinoamericanos influenciados por un débil anticlericalismo. Pero el modelo anticlerical se aplicó en México entre 1926 y 1940, y después en su versión marxista en Cuba en 1961.

A partir de 1850, los estados latinoamericanos se empiezan a consolidar, la Iglesia católica se reconstruye, la sociedad vive nuevas respuestas: se agudiza el ultramontanismo de los católicos, aparecen débiles progresos de las iglesias protestantes, se observan triunfos políticos de la francmasonería y del positivismo. Este periodo, que podemos hacer llegar hasta comienzos de la década de 1930, es el de la ruptura con el pasado colonial, tanto para los estados como para las iglesias. Las repúblicas liberales en América Latina se vuelven anticlericales. Desde 1870, en Francia, España, Italia, y Quebec, como en gran parte de América Latina, la política se vio polarizada. La mayoría del clero estaba en contra de los liberales, republicanos y socialistas que apostaban por la construcción del anticlericalismo en sus programas. El Anticlericalismo por su parte contribuyo a la secularización de las culturas católicas: la oposición a los sacerdotes en la política dio lugar a la oposición al cristianismo en la sociedad moderna. Luego del Vaticano II, la dominación clerical de la Iglesia católica empezó a disminuir, pero todavía no su exclusiva autoridad sacerdotal en la iglesia católica. Cada país encontró su camino entre esos dos extremos; en Chile, la separación de los dos poderes se hizo progresivamente entre 1870 y 1925. La Iglesia católica perdió sus lazos privilegiados con el Estado. Sus actividades no se vieron limitadas y el clero pudo participar abiertamente en la vida política, social, económica.

4.2.2. Francisco Gonzales de Paula Vigil


En Perú uno de los personajes más distinguidos del anticlericalismo es Gonzales Vigil, nació en Tacna, el 13 de septiembre de 1792, se graduó como presbítero en 1819, Era el primogénito y como tal fue consagrado a la Iglesia. En 1803 fue enviado a Arequipa para cursar estudios de Teología, Filosofía, Gramática y Matemáticas en el Seminario de San Jerónimo, que dirigía el célebre obispo Pedro José Chávez de la Rosa. También recibió enseñanzas del clérigo Francisco Xavier de Luna Pizarro, hombre de ideas liberales que tiempo después presidiría el primer Congreso de la República peruana que dio la primera Constitución del año 1823, y de Mariano Melgar, el poeta fusilado en 1815 por involucrarse en la rebelión del Cuzco, llegó a ser catedrático y rector, pero antes de hacerse presbítero se dirigió a la universidad de San Antonio Abad, doctorándose en Teología el 12 de setiembre de 1812, llegó al parlamento en 1825, representando a la provincia de Arica, Aunque sin abandonar del todo la política coyuntural, Vigil, como liberal radical, se consagró al estudio y la defensa de las doctrinas regalistas (derechos y prerrogativas del Estado frente a la Iglesia). Propugnando la autonomía del Estado y la sociedad civil respecto a la Iglesia, se abocó en escribir un libro sobre la defensa de la autoridad del gobierno y los obispos contra la pretensión de la curia romana.

A principios de 1838 renunció la dirección de la Biblioteca Nacional y retornó a Tacna para continuar la preparación de su libro, pero se le consideró partidario de la Confederación y fue desterrado en 1839, ya bajo el mandato provisional de Gamarra. Se ha atribuido este hecho a una venganza de dicho presidente por la acusación constitucional de 1832. Pasó a Chile, pero volvió al cabo de pocos meses, aunque se mantuvo en el retiro hasta 1845 cuando el presidente Ramón Castilla lo reintegró a la dirección de la Biblioteca Nacional, donde permaneció por tres décadas, hasta su fallecimiento. Poco después publicó su monumental estudio titulado Defensa de la autoridad de los gobiernos contra las pretensiones de la curia romana (1848-1849, 6 tomos). Posteriormente dio a la luz la segunda parte de la obra: Defensa de la autoridad de los obispos contra las pretensiones de la curia romana (en 4 tomos, 1856). En total suma casi 5.000 páginas, una de las más vastas empresas bibliográficas que autor alguno ha llevado a cabo orgánicamente. El obispo de Colombia, Manuel José Mosquera, denunció la obra ante el Vaticano y Vigil fue excomulgado por Pío IX el 10 de junio de 1851. Pero Vigil nunca se retractó y al contrario prosiguió con fanatismo su labor, escribiendo una Carta al Papa (1851), donde negó la infalibilidad del Sumo Pontífice en asuntos de doctrina y defendió la existencia de iglesias nacionales supeditadas a la autoridad civil. Ello le valió otras dos bulas de condenación papales: la del 2 de marzo de 1853 y la del 8 de diciembre de 1854. Vigil tuvo conocimiento de obras de Bossuet, Pascal, Leibniz. Eduar Gibbon, Lamennais, Hegel, Marx, Comte y de los americanos Manuel Lorenzo Vidaurre y Antonio Joaquin de Rivadeneira y Barrientos.

A la par sostuvo polémicas periodísticas con los defensores de la Iglesia Católica, entre ellos el sacerdote catalán Pedro Gual, el obispo de Arequipa José Sebastián de Goyeneche y Barreda, el deán Juan Gualberto Valdivia y con Bartolomé Herrera. Este enfrentamiento con las máximas autoridades de la Iglesia Católica no fue óbice para que el pueblo de Tacna le renovara su confianza y lo volviera a elegir como su representante en el Congreso en las legislaturas de 1851 y 1853, así como en la Convención Nacional de 1855-1857. Pero asistió a muy pocas sesiones. En total, llegó a ser elegido ocho veces diputado y una senador. El año 1866 fue la última elección, la senatorial, que se negó a asumir, tal vez por el cansancio y su mala salud, murió el 9 de junio de 1875. Pese a todo el esfuerzo de los liberales el estado declaro a la religión católica como la religión del Perú. Recién en 1915 se reformó la Constitución de 1860, para extender la libertad de conciencia vigente desde la Independencia, que permitía a cada peruano profesar la confesión religiosa que juzgara verdadera y practicar su culto en privado, a la libertad de culto, que permitía a las distintas confesiones tener lugares públicos de culto y ejercer otras actividades para difundir su doctrina.

4.3. Las Iglesias del Protestantismo de Santificación

El Pentecostalismo deriva directamente de la teología del predicador inglés John Wesley, fundador del llamado movimiento metodista. Wesley enseñaba que una “segunda bendición" en la vida y experiencia del cristiano eran absolutamente necesarias. En el siglo XIX la enseñanza de Wesley dio como resultado en América del Norte, el "Movimiento de Santidad". Y uno de sus evangelistas principales fue el predicador Charles Finney. Con el tiempo el recurso a la segunda bendición o Bautismo del Espíritu Santo, lograron que la enseñanza de Wesley de una vida de santidad perfecta, pasara a un segundo plano. El movimiento Pentecostés puede decirse que fue concebido en el Instituto Bíblico Bethel en Topeka, Kansas en el Día de Año Nuevo, de 1900, pero nació al mundo en la Calle de Azusa en Los Ángeles, California en 1906. A este movimiento se le conoce como el Pentecostalismo clásico, el que comenzó en 1901 entre cristianos que se reunían en la calle Azusa y que en un principio unía a las iglesias pentecostales en una sola organización cristiana. Otro momento importante del movimiento pentecostal es cuando el predicador itinerante Charles Fox Perham colocó las manos sobre Inés Ozman, para que ella recibiera el Bautismo del Espíritu Santo. Inés recibió el bautismo y como evidencia de ello habló en lenguas. Pero se puede decir que el predicador que expandió el Pentecostalismo al mundo fue el Pastor W. J. Seymour. Él puso las manos en los fieles de su congregación y ellos recibieron el Bautismo del Espíritu Santo y hablaron en lenguas. Pronto, muchas personas acudían a las reuniones de la Calle de Azusa del movimiento Pentecostal en Kansas. Venían de todas partes de los Ángeles, de California, de Estados Unidos, y de todo el mundo, para conseguir el Bautismo del Espíritu Santo y llevarlo a casa. El resultado directo fue la formación del movimiento de Las Asambleas de Dios en 1914 que fue el movimiento diseminador del Pentecostalismo. Sin embargo, en el año de 1916, un grupo de pastores de iglesias pertenecientes a las Asambleas de Dios, afimaron tener una cierta revelación divina en donde se les ordenaba solo bautizar en el nombre de Jesucristo, esto termino dividiendo la denominación y desde entonces una ala se convirtió en la Iglesia Pentecostal Unida Internacional. De 1900 hasta alrededor de 1960, las enseñanzas y prácticas de los pentecostales estuvieron confinadas al movimiento Pentecostés. Entre finales de 1950 y principios de 1960, se observo un crecimiento acelerado y la expansión de las doctrinas del Pentecostalismo y sus prácticas dentro de todas las denominaciones establecidas: Bautistas, luteranos, presbiterianos, e incluso la Iglesia Católica Romana.

En Chile el pentecostalismo tiene una expresión nacional dado que el 12 de septiembre de 1909 experimentaron un avivamiento que los hizo formar su propia Iglesia Nacional. Este avivamiento está ligado estrechamente con el ministerio del pastor Willis Hoover Collins, uno de los misioneros enviados por William Taylor, que en 1889 decide ofrecerse como voluntario a la misión de William Taylor. Ese mismo año fue enviado como profesor a Iquique college, donde trabajo hasta 1893 cuando, desilusionado con los magros resultados de sus labor educacional, decidió dedicarse por entero a la predicación del evangelio en español. En poco tiempo logro levantar dos congregaciones en localidades cercanas a Iquique. Hasta que llega la ruptura en 1909 con la Iglesia Metodista y 1910 Hoover forma la Iglesia Metodista Nacional con dos  grupos disidentes y renuncia a la iglesia Metodista Episcopal.

El pentecostalismo llega al Perú, desde Estados Unidos, la Iglesia de los Peregrinos, la Iglesia del Nazareno, las Asambleas de Dios, la Iglesia de Dios de la Profecía, etcétera. Pero otras nacen acá, debido a los cismas endémicos del movimiento pentecostal, como el Centro de Avivamiento, la Iglesia Autónoma Pentecostal del Perú. Las iglesias pentecostales a diferencia de los evangélicos tradicionales creen en un Pentecostés continuo y en un Espíritu Santo que sana y se manifiesta en el hablar en lenguas. Parte del éxito del movimiento pentecostal moderno es que le dio al pobre y marginado un valor que les corresponde como criaturas creadas a imagen y semejanza de Dios

Para Reforzar:
KESSLER, J.B.A. Historia de la Evangelización en el Perú. 2da Edición, Lima: Ediciones Puma, 1993.
PETERSEN, Douglas No con Ejército, Ni con Fuerza. Miami, Florida: Vida 1998.
SALEM D. Luis. Francisco Penzotti, apóstol de la libertad y verdad Sociedades Bíblicas en A.L s/f
O Chadwick, "La rebelión de anticlericalismo", en la secularización de la Comunidad Europea de la Mente en el siglo XIX; Apuntes párr Una Sociología del anticlericalismo. http://mb-soft.com/believe/tsnm/anticler.htm

MONDRAGON, Carlos. Protestantes Y Protestantismo En América Latina: Reflexiones En Torno A La Variedad De Experiencias En Su Introducción. En http://www.cenpromex.org.mx/revista _ftl/ftl/textos/carlos_mondragon.htm#_ftn4

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